Maruja Mallo: Historia de una Vanguardia Española

Maruja Mallo (Ana María Gómez González, Viveiro, 1902 – Madrid, 1995) es una de las voces más singulares de la modernidad artística en España. Formada en el Madrid de los años veinte y vinculada al círculo de la Generación del 27, su obra cruza lo popular y lo culto, lo urbano y lo mítico, con una energía que todavía hoy se lee como nueva. Este texto recorre sus etapas esenciales: formación, irrupción vanguardista, guerra y exilio, retorno y reconocimiento tardío.

Primer plano de Maruja Mallo en retrato de estudio, mirada 3/4.

Orígenes y formación (1902-1926)

 

Nacida en Viveiro (Lugo), Mallo se trasladó con su familia a Madrid a comienzos de los años veinte. En 1922 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidió con artistas como Salvador Dalí y se acercó a los ambientes intelectuales de la Residencia de Estudiantes. Aquella red —poetas, cineastas, filósofos— reforzó una actitud experimental y libre que pronto se vería en su pintura y en su manera de estar en la ciudad.

En sus primeros trabajos ya aparece una mirada híbrida: sensibilidad hacia la cultura popular y atención a las nuevas geometrías urbanas (hierros, barandillas, fachadas). Frente al costumbrismo, Mallo hace de lo cotidiano un laboratorio formal.

Entre 1927 y 1928 cristaliza su primera serie verdaderamente personal: las verbenas.

Madrid y la modernidad urbana: verbenas y ciudad (1927–1929)

 

Entre 1927 y 1928 cristaliza su primera serie verdaderamente personal: las verbenas. Son escenas de fiesta popular madrileña interpretadas con ritmos geométricos, puntos de vista inusuales y un uso muy moderno del encuadre, casi cinematográfico. El color se vuelve vibrante y el movimiento es tema y método a la vez: guirnaldas que cortan el cuadro en diagonales, luces que se repiten como módulos y figuras que aparecen como signos más que como retratos.

En 1928, Ortega y Gasset acoge una exposición individual de Mallo en las salas de la Revista de Occidente, hito que confirma su nombre dentro de la vanguardia. El Madrid de cafés, cines y paseos nocturnos no es solo escenario: es materia de invención.

 

Mito, cuerpo y trabajo: hacia una poética propia (1930–1936)

 

Al comenzar la década de los treinta, Mallo incorpora motivos clásicos (Deméter, máscaras, iconografía del ciclo agrícola) y compone una religión del trabajo que dignifica el esfuerzo humano. Obras como La sorpresa del trigo (1936) condensan esa síntesis: geometría estricta, símbolos arcaicos y un color que oscila entre la solemnidad y el pulso vital. La artista lleva el mito a la calle y la calle al mito.

Esta etapa convive con otras investigaciones —playas, arquitecturas, deportes— donde el cuerpo aparece como medida y ritmo del mundo moderno.

Mito, cuerpo y trabajo: hacia una poética propia (1930–1936)

 

Al comenzar la década de los treinta, Mallo incorpora motivos clásicos (Deméter, máscaras, iconografía del ciclo agrícola) y compone una religión del trabajo que dignifica el esfuerzo humano. Obras como La sorpresa del trigo (1936) condensan esa síntesis: geometría estricta, símbolos arcaicos y un color que oscila entre la solemnidad y el pulso vital. La artista lleva el mito a la calle y la calle al mito.

Esta etapa convive con otras investigaciones —playas, arquitecturas, deportes— donde el cuerpo aparece como medida y ritmo del mundo moderno.

Luces de verbena en una calle de Madrid con bokeh y ritmo geométrico, público desenfocado.

Guerra y exilio americano (1936–1962)

 

El estallido de la Guerra Civil rompe la continuidad de su carrera en España. En 1937 inicia un exilio que la lleva a Argentina y Uruguay, con viajes y estancias también en Chile y otros países latinoamericanos. En Buenos Aires se vincula a los círculos de la revista Sur y expone con frecuencia, insertándose en un mapa cultural más amplio.

En América aparecen dos ciclos muy reconocibles:

  • Serie Marina: gamas plateadas, lunas, superficies que respiran; una abstracción poética que dialoga con el Atlántico.

  • Serie Terrestre: ocres, dorados, mineralidad; un regreso a los núcleos de materia.

El exilio no es pausa sino traslado del laboratorio: Mallo metaboliza paisajes, máscaras y ritmos de otras geografías sin perder su sintaxis.

La figura de Maruja Mallo es hoy esencial para entender a las creadoras de la Generación del 27 —las llamadas Las Sinsombrero— y para leer una modernidad española que no cabe en un único estilo. Su legado activa discusiones sobre género, ciudad, cultura popular y mito; también recuerda que la vanguardia puede ser celebración sin perder rigor.

Preguntas rápidas (para lectores con prisa)

 

¿Quién fue Maruja Mallo? Una pintora de la vanguardia española, vinculada a la Generación del 27, que renovó los temas populares y los combinó con símbolos clásicos y geometrías modernas.

¿Cuáles son sus etapas clave? Formación en Madrid; irrupción con las verbenas; ciclo mítico y del trabajo; exilio americano (series marina y terrestre); regreso y reconocimiento tardío.

¿Por qué sigue importando? Porque su obra mezcla ciudad, cuerpo y mito con una libertad poco común, y porque ayuda a completar la historia de la modernidad desde una perspectiva menos centrada en los nombres de siempre.

Maleta vintage abierta con documentos genéricos iluminada por una ventana.

Preguntas rápidas (para lectores con prisa)

 

¿Quién fue Maruja Mallo? Una pintora de la vanguardia española, vinculada a la Generación del 27, que renovó los temas populares y los combinó con símbolos clásicos y geometrías modernas.

¿Cuáles son sus etapas clave? Formación en Madrid; irrupción con las verbenas; ciclo mítico y del trabajo; exilio americano (series marina y terrestre); regreso y reconocimiento tardío.

¿Por qué sigue importando? Porque su obra mezcla ciudad, cuerpo y mito con una libertad poco común, y porque ayuda a completar la historia de la modernidad desde una perspectiva menos centrada en los nombres de siempre.

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